miércoles, 28 de marzo de 2012

Nobody says it was easy


Nadie dijo que sería fácil, y que aprenderíamos cómo poder superarlo. Nadie nos dijo que el primer beso no era especial por ser el primero, sino por la persona con la que te lo dabas. Nadie fue capaz de decirnos que tras varias sonrisas se escondían malos momentos y recuerdos tristes. Nadie nos dijo que amar supondría sufrir, y que si nos encariñábamos con una persona demasiado cuando la perdiésemos estaríamos destrozados. Nadie nos dijo que la infancia era el mejor momento de tu vida, y que la madurez suponía mentiras. Que la mayoría de las personas cambiaban a mal con el paso del tiempo, y que nos convertíamos en egoístas. Nadie nos dijo que los sueños eran algo que estaban al alcance de tu mano, y que debíamos luchar por lo que queríamos. Nadie nos dijo que debíamos ser nosotros sin temor a lo que los demás pensaran, para poder triunfar en la vida. Que ser feliz era cosa de dos, y que no existía la palabra compasión, o que al menos estaba muy escondida. Que a veces cuando te sonreían pensaban algo malo de ti, y que era hora de abrir los ojos con personas que podían ser las más cercanas a ti. Nadie nos dijo que los súper héroes estaban demasiado lejos, y que había personas que eran malas por naturaleza y que no cambiaban. Que no podías cambiar el mundo, y que pronto tú serías una persona más del montón. Nadie nos dijo que este es un mundo de egoísmo y malos prejuicios. Pero tampoco nadie nos dijo que existían personas que merecían la pena conocer, y que eran capaz de morir  por otras personas. Que había gente luchadora, brillante, educada, esperanzadora, optimista y con ganas de cambiar el mundo. Que nos deberían haber enseñado a ver la parte positiva de la vida y aprender a solucionar las cosas malas. Que era un camino duro pero que al final merecía la pena. Porque nosotros, somos el resultado, de la gran decepción que nos mostró el mundo, y de las mentiras que nos contaron.


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