Mucha gente vive de mentiras. De esas que fingen tener su
mejor momento cuando en realidad se están quemando por dentro. Tal vez sea que
soy demasiado egoísta, y no dejo que nada me amargue mi momento, y que prefiero
estar haciendo nada, que quemarme. Porque cuando yo juego con fuego no hay límites.
Y sin límites no hay quemaduras. Porque las personas que son capaces de tragar
tanto al final se acaban ahogando, ¿en qué? En su propia mierda. Viven de
tantas irrealidades que acaban convirtiendose en una de ellas. No real. Falso.
Inexistente. Imaginario. Invisible. Sola
Ya es hora de ser tú, y dejar atrás las indirectas, que
joden más que las que se dicen a la cara. Ser feliz es respirar, llorar,
gritar, y no pararte. Aquí en la ley de la selva, el que más dura es el que
come.